sábado, 1 de octubre de 2011

PERSONALIDAD DEL MES


Llegó al país desde su Ucrania natal, donde nació el 3 de marzo de 1906 en brazos de sus padres, Rebeca Porter y Gregorio Zeitlin cuando aún no había cumplido un año

Según sus propias palabras comenzó a escribir antes de aprender a leer, y adoptó la ciudadanía argentina el 6 de octubre de 1924, habiendo cumplido los 18 años.

Sustentó la corriente de pensamiento que desde Boedo traspasó fronteras y conformó con sus ricas expresiones literarias un hito que aglutinó a destacados hombres de letras.

Periodista de: “Crítica”, “El Sol”, “La Prensa”, “La Época”, asumiendo también la jefatura de los suplementos literarios de la revista “Columna”.

Autor de “Libro para la pausa del sábado”, “Sabatión argentino”, “Sábadomingo” , “Sábado pleno”, ”Mi tío Scholem Aleijem y otros parientes” “Capturas recomendadas”, “Versos de una…” firmado con el seudónimo de Clara Beter, etc.

Escribió guiones cinematográficos como “El ángel desnudo”, “Los pulpos”, “Amorina”, “Safo”, “Paraíso robado”, entre muchos otros.

Para teatro corresponde a su autoría “El teatro soy yo”, “Alfarda”, “Pan criollo”, “La dama de las comedias”, “Clara Beter vive”, en 1960 estrenó “El lustrador de manzanas”, pieza que Luis Arata paseó por todo el país.

Viajero incansable, fue corresponsal de diarios y publicaciones de Madrid, Barcelona, París, Caracas, México, Bogotá, Chile, Montevideo, San Salvador y Buenos Aires.

Tal vez pueda señalarse como el primer caso de identidad judicialmente aceptada, al lograr que su nombre original Israel Zeitlin, fuera civilmente sustituído por el de Cesar Tiempo, reconociendo en esa firma una larga y fecunda labor intelectual apreciada en distintas partes del mundo.

Su vida se extinguió el 24 de octubre de 1980, a los 74 años, dejando claro testimonio de su invalorable contribución a la cultura argentina.

El Movimiento de Boedo contó con su exquisito aporte a la corriente literaria instalándolo para siempre como referente irreemplazable de la usina generadora que transmitió a través de su generación la tradición que nos enorgullece.

Este texto pertenece a Carlos Kapusta miembro de la Junta de Estudios Históricos del barrio de Boedo, quien gentilmente cedió el mismo, para su publicación.


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