viernes, 31 de octubre de 2014

PERSONALIDAD DEL MES.


FLORENCIO SÁNCHEZ

Autor: Prof. Ricardo Lopa
Nació el 17 de enero de 1875 en Montevideo. Hijo de Olegario Sánchez y Josefa Mussante. Criado entre once hermanos en el seno de una familia afiliada al Partido Blanco uruguayo. A los quince años acompañó a su tío como escribiente de la Junta Económica Administrativa de la ciudad de Minas y se inició muy pronto en el periodismo.


A los 17 años, viajó a La Plata iniciándose en ambientes literarios. A su retorno a Montevideo, en 1894, comenzó a trabajar como periodista en los diarios “El Nacional”, “La Razón” y “El Siglo”, de Montevideo. En el Centro internacional de Estudios Sociales de la capital uruguaya, presentó sus primeras obras de teatro y posteriormente, en Buenos Aires, conoció a Alberto Ghiraldo, a José Ingenieros y al reconocido anarquista Pietro Gori. 
Pronto se involucró en el mundo obrero, y participó en luchas que produjeron sus primeras detenciones policiales. Pero también descubrió el amor. En Buenos Aires, conoció a Catita (Catalina Raventos) e iniciaron una relación que culminó en matrimonio el 25 de setiembre de 1903. La pareja se estableció en Rosario. Allí, siendo secretario de redacción del periódico La República, se topó con la más grande huelga habida por entonces en Santa Fe.
De formación autodidacta, se aprecian sus ideas anarquistas (colabora con el periódico La Protesta) y socialistas en sus sainetes costumbristas como los de 1902, Canillita, (persona que vende diarios y revistas en la calle) Moneda falsa, dramas acerca del conflicto entre la vida rural tradicional y el impacto de la inmigración europea M'hijo el dotor (1903), (obra de la que José Ingenieros comentó: “...pocos, muy pocos descubrieron lo esencial de M´hijo el Dotor, lo más digno de señalarse: el conflicto entre la ética vieja, crepuscular, y la ética nueva, apenas diseñada en la aurora de ideales altamente revolucionarios”, estrenada el 13 de agosto de 1903, por la compañía de Jerónimo Podestá, en el teatro de la Comedia de Buenos Aires)  La gringa (1904), Barranca abajo (1905), su título más popular y que se estrenó ese mismo año. También escribió comedias dramáticas como Los muertos, Los derechos de la salud, y estudios como: El pasado, Nuestros hijos, En familia. Fue autor también de una serie de artículos: Cartas de un flojo (1900) y del ensayo El caudillaje criminal en Sudamérica (1903).


Sánchez va desarrollando la transformación del teatro rioplatense. “La originalidad del teatro de Sánchez, con respecto a la anterior producción teatral en el Río de la Plata, consiste, fundamentalmente, en su realismo”, anota Zum Felde. En éste influyó en gran medida la capacidad personal del autor para reproducir, en escena, dichos y situaciones de la vida real. Pero, además, gravitó en toda su obra la particular evolución de su postura ideológica. De orígenes familiares blancos, Sánchez luchó en 1897 junto a las fuerzas revolucionarias de Aparicio Saravia. De allí surgirá su desencanto de las posturas políticas tradicionales y su alineamiento junto a las corrientes anarquistas que circulaban entonces, por el Plata, en torno a los grupos de inmigrantes europeos. Literariamente, esa transformación se expresa en las Cartas de un flojo y El caudillaje criminal en América Latina. 



Monumento a Florencio Sánchez por Agustín Riganelli

En 1907, inició en Montevideo las gestiones para realizar un viaje a Europa del que se esperaba la consagración definitiva de su teatro. Parte en 1909, con una misión oficial. Pronto se declara la tuberculosis y el 7 de noviembre de 1910, a las tres de la madrugada, muere en el hospital Fate Bene Fratelli de Milán, a los 35 años.
Florencio Sánchez, es considerado el gran renovador del teatro rioplatense de principios de siglo. La fecha de su deceso fue elegida para conmemorar el “Día del Canillita”, en virtud de su obra del mismo nombre de 1902.
“ Si yo muero, cosa difícil, dado mi amor a la vida, muero porque he resuelto morir. La única dificultad que no he sabido vencer en mi vida ha sido la de vivir. Por lo demás, si algo puede la voluntad de quien no ha podido tenerla, dispongo: primero, que no haya entierro; segundo, que no haya luto; tercero, que mi cadáver sea llevado sin ruido a la Asistencia Pública, y de allí a la Morgue. Sería para mi un honor único que un estudiante de medicina fundara su saber provechoso para la humanidad en la disección de cualquiera de mis músculos” (Testamento de Florencio Sánchez)

Bibliografía:

 Alejandro Jasinski. (El Historiador.com.ar)
100 autores del Uruguay. Paganini, Alberto - Paternain, Alejandro - Saad, Gabriel
Editado por: Capítulo oriental.




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